abril 17th, 2017 por Gus

La escena de los bares en La Habana es muy variada.

Hay lugares venerables, impregnados de historia o asociados con figuras literarias importantes, como el favorito de Hemingway, El Floridita. La mayoría de estos son de propiedad estatal y grandes destinos para los visitantes extranjeros. También hay un número creciente de nuevos bares privados, muchos con una sensación de inconformista definitiva y una gran clientela cubana.

Y están también las grandes discotecas de antaño, clásicos actualizados como Tropicana y Salón Rojo del Capri que deslumbran con su música y baile.

Una constante a través de estas atmósferas diferentes son las bebidas grandes, particularmente (pero no apenas) los cócteles basados en ron que aprovechan la abundancia de Cuba de frutas tropicales. En bares estatales y privados, una nueva generación de grandes mixólogos están desarrollando sorprendentes cócteles crujientes, naturales y equilibrados de todos los matices que ponen en vergüenza los brebajes brillantes de día, que se han vuelto demasiado comunes en Estados Unidos y Europa.

Desde la perspectiva de un visitante, la mayoría de los bares son buenos valores, muchos con excelentes cócteles en el rango de $ 3 a $ 5 CUC.

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Las barras son también un gran lugar para probar los rones más viejos de Cuba aseados, y algunos lugares (por ejemplo, Sloppy Joe’s) tienen una gran selección de botellas para la venta al por menor. Éstas comienzan barato, pero pueden conseguir muy costosos para los embotellados limitados o las reservas extremadamente viejas.

Los abrevaderos de La Habana son un importante vínculo histórico entre los Estados Unidos y Cuba. Ellos florecieron durante los años de Prohibición de Estados Unidos, cuando el turismo aumentó, impulsado por los estadounidenses que buscan el respiro de la política restrictiva de alcohol de su gobierno.

Esta fue una época dorada para los cantineros cubanos, que se convirtieron en algunos de los mejores del mundo. Figuras legendarias como Constante Ribalaigua comenzaron a cuidar el bar en El Floridita (fundado bajo otro nombre en 1817) en 1914, y en 1918 era dueño del lugar. Algunos días él personalmente mezcló más de 1.000 cócteles, y el bar se convirtió en una academia informal para camareros altamente entrenados.

Hay algo en común en todos en los bares de La Habana, grandes lugares para descansar o socializar. O, con un zumbido inducido por la ginebra, deje que las fotos de la sepia en los lugares antiguos le conduzcan de nuevo en el tiempo hasta que usted piensa que usted ve Juan dos Pasos o Graham Greene que levanta sus codos abajo en el extremo de la barra.

Aquí están los 10 mejores bares en La Habana que no debe perderse. En notas posteriores iremos hablando más en detalle de cada uno de ellos:

El Cocinero

O’Reilly 304

El Floridita

La Bodeguita del Medio

Sloppy Joe’s Bar

Sia-Kara

King Bar

Madrigal

Corner Café

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