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Cuando se trata de puros cubanos o habanos, Ramón Allones no es exactamente un nombre familiar, ya que es una de las marcas más pequeñas que salen de Cuba. Es también un habano que los fans del mejor tabaco con cuerpo tienden a fumar, y el Ramon Allones Specially Selected es probablemente la vitola más reconocida en la cartera de Ramón Allones. No es que la cartera es terriblemente grande, pues a lo largo de los años, las supresiones oficiales han recortado hasta la marca en sólo tres tamaños.
Ramón Allones es tan rica en historia como en sabor. Fundada en 1837, es una de las marcas más antiguas que todavía se producen y se acredita como el primer fabricante para decorar sus cajas con etiquetas ornamentadas propia de la marca. Otras compañías de cigarros naturalmente la siguieron y ahora, más de 150 años después, la marca de cigarros en las cajas de cigarro es algo común.
Lo que es menos común, sin embargo, es el complejo caracter que los Ramon Allones Specially Selected entregan. Olvidan, por un momento, que estos habanos se supone que deben ser fuertes y rústico por su reputación. Si bien no es de hecho una intensidad de estos cigarros, los humos, Ramón Allones en especial de 2014 también son dinámicos y, a veces, elegantes. Cada bocanada se acoda con granos de café expreso terroso pero las notas de mazapán y cítricos muestran el lado más sofisticado de estos habanos.
El aniversario número 50 de Cohiba marca la primera vez que Habanos S. A. crea un cepo 60.
El distribuidor a nivel mundial de habanos Habanos S.A. ha anunciado los lanzamientos de habanos programados para el 2016 en la conferencia de prensa Festival del Habano de esta mañana. La vedette era, sin duda, Cohiba, como el festival celebra el 50 aniversario de la marca icónica. Para cumplir con el hito, Habanos creará tres líneas de habanos Cohiba este año.
El primero es un habano de producción regular llamado Cohiba Medio Siglo. Con 4 pulgadas de largo por 52 de cepo, este pequeño robusto puede ser considerado como un cruce entre dos habanos Cohiba de la serie Siglo, ya que se torció con la longitud del Siglo I y la circunferencia del Siglo VI, aunque el blend de tabacos utilizado es en parte de la línea de la base (línea Clásica). Vienen empaquetados en cajas con tapa corredera de 25 o en tres paquetes de tubos.
El segundo lanzamiento de Cohiba vendrá en un humidor conmemorativo. Llamado el Cohiba Majestuoso 1966, este habano de 5 7/8 pulgadas por 58 de cepo lleva una banda secundaria con el logo oficial del 50 aniversario. Sólo 1.966 humidores están programadas para la producción. Cada humidor contiene 20 cigarros.
El tercer lanzamiento de Cohiba tendrá sin duda la mayor resonancia. Esto marca la primera vez que Habanos ha creado un habano con 60 de cepo. Conocido como el Cohiba 50 Aniversario, este habano Cohiba de 7 pulgadas por 60 viene en un humidor con 50 unidades. Sólo se están creando 50 de estos humidores. El habano trae bandas con negro y oro, holográficas, y con número de serie creados por Vrijdag Printing en Holanda, así como una banda de pie con una reproducción del logotipo original de Cohiba pocas veces visto.
Cada humidor numerado es fabricado por Elie Bleu y se hace con el tabaco ligero real de hojas enchapadas en oro de 24 quilates. El primero de los humidores está programado para aparecer en el bloque de subastas este viernes en la noche de gala de clausura del festival. Los restantes 49 humidores serán subastados en junio a los distribuidores de Habanos en todo el mundo. No hay ninguna palabra oficial sobre cuál será el precio de venta sugerido para estos humidores, pero una cosa es segura: No van a ser baratos.
Los tres habanos de Edición Limitada destinados para el 2016 son los Montecristo Dantés de 6 5/8 pulgadas por 48 de cepo; Romeo y Julieta Capuletos, 6 por 53; y Trinidad Topes, de 4 7/8 por 56. El Montecristo viene en cajas de madera de 10 habanos, el de Romeo y Julieta en cajas revestidas de 25 y los Trinidad en cajas de 12 habanos de naturaleza semi–boite.
La serie H. Upmann Magnum está consiguiendo un tercer cigarro este año con el Magnum 54, una vitola de 4 3/4 por 54 que vienen en cajas de 10 habanos, cajas 25 y 3-packs (Tubos). Es la primera adición a la línea Magnum desde 2008 y un habano de producción regular.
Habanos S. A. ha elegido el Hoyo de Monterrey Epicure No. 2 como su selección Reserva de 2016. De acuerdo con Habanos, este habano en particular es “uno de los ejemplos más destacados de un habano“.
Aunque no se presentan de una manera tan grandiosa como Cohiba, Habanos S. A. también está celebrando 20 años de la marca Cuaba, una línea menos conocida de habanos que consta sólo de figurados. Este año, la marca se conmemora con el Cuaba 20 Aniversario, un figurado de 6 3/4 pulgadas por 56 de cepo de edición limitada destinados a franquicias La Casa del Habano.
El descubrimiento de los mágicos poderes de seducción del más puro y original Habano de hoy quedó inscrito en la Historia Universal, con indiscutible exactitud, el 2 de noviembre de 1492, cuando Cristóbal Colón ordena explorar tierra al intérprete de su expedición, Luis de Torres, quien según el Almirante “había vivido con el Adelantado de Murcia, y había sido judío, y sabía diz que hebraico y caldeo y aun algo de arábigo”, es decir, un ilustrado sefardí apto para el oficio.
El asombroso relato de Luis de Torres a su regreso, recogido en el Diario de Navegación de Colón, se convirtió en el primer testimonio de los placenteros efectos que provocaba en los pobladores de la Isla, aspirar el perfumado aroma de aquellas hojas secas, enrolladas, a las que prendían fuego por un extremo para recibir por el otro sus efluvios.
Desde entonces y a lo largo de más de cinco siglos, la búsqueda de un Habano cada vez más puro, aromático y refinado, capaz de pasearse en los más exclusivos salones, brillar como joya en las manos de hombres o mujeres y deleitar a los más exigentes conocedores, se convirtió en una obsesión de los mejores torcedores del mundo concentrados en las tabaquerías de La Habana, adonde llegaban las hojas de las vegas de Vueltabajo y Partido, las de mayor calidad en la Isla.
Tan pronto conocieron la aromática hoja y sus sensuales efectos, los europeos cayeron rendidos ante sus seductores placeres. Ni prohibiciones reales o excomulgaciones papales lograron impedir su expansión por el Viejo Continente.
Dos siglos después de su descubrimiento por Colón en el cacicazgo de Maniabón, en la oriental región de Cuba, los cosecheros asentados en la Isla ya se habían apoderado de muchos de sus secretos, al punto de identificar en la región de Vueltabajo, en la occidental provincia de Pinar del Río, la combinación perfecta, única y exclusiva de suelo y clima, que unida a su experiencia, la convertirían a partir de 1723 en la tierra del mejor tabaco del mundo. Complejas labores de cultivo hacen que allí germine y se desarrolle una hoja excepcional.
A partir de ese momento surgen y se consolidan las más notorias y mejor cotizadas marcas de Habanos.
Exquisitez original
Una de las claves del prestigio de los Habanos y en particular del Cohiba radica en su exclusividad, que se forja a lo largo de un minucioso proceso de técnicas y experiencias, el cual comienza con la selección de las semillas y tras un complejo proceso en la agricultura pasa por otro no menos especial y minucioso en la preparación para el torcido y la manufactura en las tabaquerías.
Desde comienzos de la década del 60 del pasado siglo se inician en Cuba estudios e investigaciones agrícolas, mezcla de ciencia, experiencia y vocación, con el objetivo de lograr una alquimia perfecta, que permitiese ir más allá de los niveles existentes en el mundo Habano.
Pero como suele ocurrir con la aparición de los genios, la irrupción inicial de la primera muestra, del que es hoy el mejor exponente de la sabiduría tabacalera cubana, ocurrió de manera fortuita.
Según la historia, una fresca tarde primaveral, mientras Bienvenido Pérez Salazar (Chicho), jefe de escoltas del comandante Fidel Castro, aguardaba en su auto la salida del líder cubano a sus faenas habituales, decidió encender uno de los Habanos que le había obsequiado días atrás su amigo Eduardo Rivera Irizarri, con quien había compartido a finales de los años 50 la labor de tabaquero en la fábrica Por Larrañaga, entonces calificada como “la Universidad” de ese oficio.
Al subir al vehículo Fidel reparó en el especial aroma de la fuma de Chicho y le preguntó de dónde lo había sacado. Encantado con la pregunta, sacó otro de los puros torcidos por Eduardo y se lo ofreció al Comandante, quien lo encendió sin demora y luego de dos bocanadas, en señal de absoluta satisfacción, comenzó a interesarse por el creador de aquella caprichosa silueta de aroma incomparable. En ese instante había comenzado a forjarse la fascinante leyenda del Cohiba.
Amigos desde la juventud en su natal Palma Soriano, Chicho volvió en busca de Eduardo a la fábrica La Corona, donde trabajaba ahora, pero esta vez le tenía un encargo que cambiaría su destino. A partir de ese momento tenía la tarea de producir, de manera regular, una mayor cantidad de aquellos puros especiales que compartía con su amigo jefe de escoltas de Fidel.
El mundo entero retenía en esos días la imagen, profusamente difundida por la prensa internacional, del líder cubano saboreando un elegante Habano, de dimensiones y apariencia poco comunes, desprovisto de las famosas anillas de identidad.
Muy pronto la nueva vitola se convertiría en la más envidiada por los aficionados, que se interrogaban cómo poder obtenerla.
Los tabacos del Comandante pasaron a ser los preferidos de otros dirigentes de la Revolución, como Ernesto Che Guevara, quien más de una vez dijo que “nunca antes en su vida había fumado nada mejor”.
Manos de mujer
El creciente aprecio por la hermosa vitola la transformó en apetecido obsequio de gobierno. Hoy en el álbum de la fábrica El Laguito, donde comenzó su producción a gran escala, aparecen las anillas de ejemplares personalizados para el Rey Juan Carlos de España, los ex presidentes Luis Echeverría, de México; Juan Velasco Alvarado, de Perú; Omar Torrijos, de Panamá; Houari Boumedienne, de Argelia; Gamal Abdel Nasser, de Egipto, entre otros.
A finales de 1964, el comandante Fidel Castro sorprendió a su jefe de escoltas con una pregunta inusitada: Chicho, ¿existen mujeres torcedoras?
—Muy pocas Comandante, respondió.
Fidel indagó cuánto tiempo demoraba en formarse un torcedor y cuánto podría costar. Y de inmediato le reveló su proyecto de crear una Escuela para Torcedoras.
La delicadeza de las manos de mujer se apoderó de una fase decisiva de la calidad en el producto final en la industria tabacalera, y había comenzado por el experimento que se materializó en la fábrica El Laguito, establecida discretamente en una casona de una antigua exclusiva zona residencial.
Un primer grupo de cuatro mujeres, bajo la dirección de Eduardo y otros cuatro expertos, puso en marcha el 19 de octubre de 1965 el novedoso proyecto que revolucionaría el legendario oficio. En poco tiempo aparecieron los primeros lotes de la estilizada vitola denominada Laguito 1, fruto de la delicada manipulación femenina.
La producción a gran escala requirió un trabajo de selección de materia prima y sistematización de la metodología de Eduardo para alcanzar el sofisticado producto final. El experto torcedor recorrió varias veces las vegas finas El Corojo, La Perla de Llevada, La Fe, Cuchillas de Baracoa, Santa Damiana, todas de Vueltabajo, y otras de la zona de Partido, en La Habana.
Tras numerosas pruebas y degustaciones, Eduardo y sus colegas llegaron a la deseada ligada perfecta: un secreto jamás revelado, que encuentra su colofón en el novedoso proceso de una fermentación adicional en fábrica, en barriles de cedro, en un cuarto oscuro, donde eliminan toxinas, como tartrato, y parte de la nicotina, y desprenden amoniaco, con lo que desaparece el tufo y presta el olor a tabaco puro.
Una vez certificada la calidad de una producción en serie, el reconocimiento de los anónimos tabacos que fumaba y obsequiaba Fidel Castro se expandía por el mundo y requería un nombre, una marca, la definitiva fe de bautismo.
Una mujer de especial sensibilidad, Celia Sánchez, nacida al pie de la Sierra Maestra y que devino principal auxiliar de Fidel Castro en cuanto asunto reclamaba su atención, rescató su nombre de las propias raíces de su historia, el mismo que le daban los hombres de la Isla que salieron al encuentro de Colón y se lo ofrecieron en gesto de bienvenida: Cohiba, la denominación que escucharon Luis de Torres y Rodrigo de Xerez, en su primera incursión, la misma que recogió en sus crónicas Fray Bartolomé de las Casas.
Por supuesto, hay más de un secreto en la artística elaboración de ese producto supremo que llega a los mercados bajo el nombre de Cohiba, pero la clave está en una cultura desarrollada a lo largo de más de cinco siglos, transferida de padres a hijos, en la vega y la fábrica, asentadas en el sitio original y único escogido por la madre naturaleza, para el disfrute de quienes aprovechan sabiamente sus placeres, con el respeto que merecen los dioses.
Hay más de un secreto en la artística elaboración de ese producto supremo que llega a los mercados bajo el nombre de Cohiba, pero la clave está en una cultura desarrollada a lo largo de más de cinco siglos.
Habanos de producción regular, son Habanos que pueden encontrarse regularmente.
Solo las mejores hojas seleccionadas de Vuelta Abajo son utilizadas. Las hojas han sido añejadas durante al menos 5 años antes de torcer el Habano.
Se producen únicamente cantidades limitadas de Habanos de Reserva en cada producción. Las hojas han sido añejadas en pacas y tercios por lo menos 3 años antes de proceder a elaborar el Habano.
Estas hojas requieren de periodos de añejamiento de al menos 2 años antes de ser transformadas en Habanos. Cada Habano incorpora una segunda anilla indicando que pertenecen a esta edición así como el año de presentación.
Habanos que ofrecen presentaciones o vitolas especiales que no se encuentran normalmente en esa marca en particular. Deseados por coleccionistas y grandes aficionados.
Habanos cuya distribución se produce únicamente en ciertas regiones del mundo. Presentan una segunda anilla en colores plata y rojo.
Producción Limitada en cajón corriente de la marca, añejados mínimo 5 años.
La primera vez que se utilizó el Sello de Garantía fue en 1889 por medio de un Decreto Real, emitido por el Rey de España. Después en 1912, el gobierno independiente de Cuba aprobó una ley que autorizaba el uso de un nuevo diseño, similar al que se emplea en la actualidad. En 1931 sufrió una ligera modificación y en 1999 el cambio fue más radical, al añadírsele un número de serie en rojo y un emblema que se ve sólo bajo la luz ultravioleta.
Por último, en 2009 se introduce una nueva versión con un holograma en cada sello, así como un código de barras.
Desde 1994, todas las cajas llevan el sello Habanos. Es el indicador de la Denominación de Origen Protegida que ampara esos puros. Todas las cajas y petacas de Habanos lo llevan.
Desde 1960, los fondos de todas las cajas de Habanos tienen una marca estampada en caliente con las palabras “Hecho en Cuba”. Antes de esa fecha, en ciertas ocasiones se escribía en inglés (Made in Cuba). A partir de 1994, en los fondos de las cajas también aparece una marca estampada en caliente que dice “Habanos S.A.”, nombre de la compañía que distribuye los Habanos en el mundo. Entre 1985 y 1994 el nombre era “Cubatabaco”. Hoy en día se utilizan los siguientes marcajes:
Desde 1989, las cajas de Habanos clásicos, de Tripa Larga , tienen un sello estampado en caliente con las palabras Totalmente a Mano.
En las cajas de Habanos de tripa corta puede verse la marca estampada en caliente, con las palabras Totalmente a Mano y a partir de 2002 se le añaden las letras TC (Tripa Corta).
Existen asimismo productos que tienen un sello estampado en el que figura el texto siguiente: “Habanos S.A. Hecho en Cuba”, pero que no incluyen las palabras “Totalmente a Mano”.
Estos son puros elaborados a máquina. No son fundamentalmente productos amparados por la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Habanos. En su mayoría son amparados por la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) “Cuba Tabaco Mecanizado ”
Los fondos de las cajas de Habanos presentan dos sellos en tinta. Uno es el código secreto que nos dice qué fábrica de la industria confeccionó los Habanos. El otro nos da el mes y el año en que se colocaron en la caja.
Un Habano mejora con el tiempo, por lo tanto la fecha es importante para los conocedores.
El Trinidad Short Robusto T tiene una capa rústica de color marrón oscuro, muy característica de la marca Trinidad, con muy pocas imperfecciones. El habano en si luce un poco desigual, pero la colita en el capote junto con su triple capa, se aprecian muy bien.
Con la construcción de este habano han dado en el clavo, con un tiraje perfectamente balanceado que ofrece la resistencia exacta y una combustión muy pareja, incluso con fuerte viento.
Antes de encenderlo, se aprecia ese aroma algo agrio que a todo aficionado le encanta, sobre todo en el capote, pues hacia la punta predomina el sabor amaderado.
Ni bien se inicia la fumada, se notan los sabores a cafe dulce, madera y algo de pimienta, aunque sorprendentemente con cada bocanada de humo, los sabores cambian, sobre todo la dulzura. Definitivamente este habano tiene sabores y aromas muy complejos y una fortaleza media.
Ya en el segundo tercio del habano, se adiciona un poco de amargura al sabor y sobresalen las notas a chocolate negro. El habano sigue siendo delicioso!
Para finalizar, en el tercer tercio la dulzura y la pimienta desaparecen, dando lugar a un final totalmente amaderado y de sabor algo más fuerte.
En el año 2010, Habanos S. A. produjo esta vitola para su franquicia exclusiva La Casa del Habano (CDH): Ramón Allones Superiores. Se trata de una Corona Gorda, 143 mm de largo y cepo 46, de excelente aspecto.
Ramón Allones se fundó en 1837 y se conoce como la primera marca en empacar los habanos en cajas decoradas con textos como se realiza hoy en día. Los habanos de esta marca tienen muy buena reputación entre todos los aficionados, y son realizados en la emblemática fábrica de tabacos Partagás.
Todas las vitolas de Ramón Allones están hechas con blends de tabacos provenientes de la región de Vuelta Abajo en Pinar del Río, caracterizados por su sabor intenso y complejo. Además del rango de tamaños de la marca, las vitolas más sobresalientes son los Ramón Allones Gigantes, los Ramón Allones Specially Selected y los Ramón Allones Small Club Coronas.
La tirada de este nuevo tamaño es de solo 5000 cajas de 10 habanos cada una, y seguramente deleitará los paladares de los más exigentes aficionados.
Siguiendo con la característica de la marca, esta vitola es de sabor fuerte y gran complejidad, algo que atrae en esta marca.
Con la creación de tres nuevas vitolas (Vegueros Mañanitas, Vegueros Entretiempos y Vegueros Tapados), Habanos S. A. ha relanzado y renovado la marca Vegueros.
Esta nueva cara de la marca incluye también nuevo packaging: lata o tin de 16 unidades y caja de 4 unidades.
El blend es un poco más fuerte que el utilizado en las vitolas originales, pero permanece en el rango de fortaleza media comparado con otras marcas cubanas. Mantiene su caracter aceitoso en la capa, muy particular de esta marca.
Son habanos jóvenes, con un blend de tabacos muy fresco, que merece un tiempo para añejarse y de paso afianzarse en el mercado y en el gusto de los aficionados.
La vitola de galera es “Mareva Gruesa”, pero realmente estamos en presencia de un “Petit Corona” gorda. Muchos aficionados gustarán este habano para la mañana, corta fumada, suave y placentera. Tabaco suave, con notas a hierbas y capa aceitosa, hacen que este habano tenga una fumada plana, nada compleja y facil
.
Esta vitola, Petit Piramide, es muy popular ultimamente entre los productores y los aficionados fumadores de habanos. Está en la categoría de los Montecristo Open Regata, ofreciendo un tabaco suave de fumada relajante que hace foco en el sabor en lugar de la fortaleza. Soberbia construcción, con una capa dorada, esta vitola es recomendada para fumadas veraniegas.
Vitola similar a los Montecristo Petit Edmundo, ofrece una fumada cremosa, con humo abundante y de buena calidad. No está construído demasiado apretado, por lo tanto el tiraje es óptimo. Notas dulces, avellanas, nueces y pimienta son las características principales de este habano.
Estamos en presencia de un habano histórico! Casi 13 cm de largo, pero lo más sorprendente es el cepo de 58, cosa que lo convierte en el habano más grueso creado en Cuba.
Distinto del resto, este habano sorprende desde el comienzo con un sabor audaz y picante, y aunque es un habano joven, impresiona con su fuerte sabor. Grandes notas a cuero húmedo, nueces tostadas, algo de chocolate dulce y pimienta roja, son gustos directos al paladar que brinda este soberbio habano. Evidentemente, con unos años de buen añejamiento se transformará en una real joya.
Mientras estos habanos gordos están llenos de sabor, incomparable tiraje y blend exactamente logrado, algunos aficionados extrañan las épocas en que predominaban los gustos por los habanos más finos, alegando el estilo y la facilidad de fumada de éstos…
Durante el primer tercio de este habano, se podría decir que predominan las notas a café y un sabor sutil a chocolate dulce. Muy disfrutable, nada complejo y en la zona de fortaleza suave a media.
Ya para el segundo tercio, las notas de chocolate desaparecen, continúa algo el café y comienzan los sabores a nuez.
En la última parte del habano, el sabor se torna más fuerte y con una amargura placentera, se podría decir que con ciertas notas a heno y cereza junto con sabores terrosos.
Es un habano ideal para maridar con un café bien fuerte o con un ron de similares características.
Publicado en Habanos Etiquetas: cohiba, cuba, habanos, maridaje, ron
Perdura su sabor en el paladar, este soberbio Robusto con aromas a chocolate y jengibre, es un tesoro escondido de Cuba.
Tiene la reputación de haber sido el habano favorito de Frank Sinatra en los años ’40 cuando viajaba regularmente a La Habana.
Los Regios permanecen como un habano de fortaleza media, pero los sabores y su combustión pareja acentúan su plenitud y robustez en la fumada, dando la impresión de ser más fuerte de lo que realmente es.
Puede ser disfrutado siendo joven, pero el tiempo realmente lo favorece, dando vida a deliciosos sabores si se puede añejar durante 3 a 5 años.
Como todas las vitolas de la marca Saint Luis Rey, están hechas a mano con hojas de tabaco enteras. El largo de los Regios es de 127 mm y su cepo es 48.
De construcción firme y buena triple capa en su capote, los Regios queman muy bien y tienen una ceniza uniforme y muy larga.
Abundante sabor a rico café cubano y excelente tabaco añejado se pueden disfrutar durante toda la fumada.
Según los expertos, este habano tiene un balance ideal entre fortaleza y sutileza muy raro de encontrar en cualquier cigarro.